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Cada vez son más personas las que deciden descubrir la mezcla de etnias, culturas, costumbres y paisajes de Myanmar. La variedad de colores, sabores y experiencias, que ofrece este país, no deja indiferente a ningún viajero.

Con más de un milenio de civilización budista a sus espaldas, Myanmar posee una rica y vibrante tradición cultural. Su gran variedad cultural se combina con la magnífica arquitectura de templos y pagodas dispersadas por toda la geografía del país. Recorriendo el país, el viajero se encontrará gente amigable y hospitalaria. Hasta hace pocos años, Myanmar era uno de los países más inaccesibles de Asia y los visitantes estaban limitados a reducidos circuitos por lugares muy concretos. El país tenía cerrada sus puertas al mundo. Como consecuencia de ello, ha conservado su particularidad, su esencia se mantiene sin mucha influencia de la cultura occidental y sus costumbres y tradiciones se mantienen vivas con orígenes ancestrales. De todo esto podemos disfrutar, aprender y enriquecernos. Una importante herencia china, hindú y de otros muchos grupos étnicos y religiosos contribuye a la multiculturalidad del país. Estos numerosos grupos étnicos, con su riqueza cultural, de costumbres y tradiciones inalteradas a lo largo de los siglos hacen de este país un destino de gran interés humano.

Fila de Monjes, Monasterio de Mahagandayon, afueras de Mandalay. Birmania.

Con el inicio de la apertura al exterior, en las elecciones de 2010, Myanmar se ha convertido en un destino cada vez más popular en el sudeste asiático. Cada vez más zonas del país se han abierto al visitante extranjero, zonas y áreas que todavía mantienen el encanto y la pureza de paraísos inexplorados.

Tres cuartas partes de Myanmar están cubiertas por montañas y selvas, donde viven más de 135 grupos étnicos. El potencial de variedad para el visitante es inmenso: desde senderismo en el Himalaya, cerca de Putao, hasta las playas tropicales en Ngapali y Ngwe Saung; las más de tres mil pagodas en las llanuras de Bagan o el ancho delta en el Sur. En la magnífica Pagoda Shwedagon, en Yangon, encontramos el máximo exponente de la creatividad y piedad del pueblo birmano. El lago inle y sus alrededores nos ofrecerán la belleza natural del estado Shan.

Vuelo en Globo sobre Bagan, Templo Ananda. Birmania.

En Mandalay, la ciudad real rodeada por las antiguas capitales, sus palacios, pagodas y monumentos nos trasladarán a un pasado que a través de sus artesanos, todavía se respira hoy en día. Tradiciones de siglos se mantienen vivas en la artesanía de toda la zona. En Hpa-an y Mawlamyine, podremos admirar las formaciones rocosas de piedra caliza tan populares en otros destinos del sudeste asiático.

Auténtica, amigable y diversa es como la mayoría de los viajeros conocen Myanmar. Myanmar ofrece auténticos paisajes y sonidos de Asia con bello paisaje natural, zonas arqueológicas magníficas, pagodas y templos de rica arquitectura, coloridos y bulliciosos mercados, edificios coloniales impresionantes y una población muy amistosa y hospitalaria.

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